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viernes, 30 de septiembre de 2016

Suma y sigue (1-0)

Sampaoli optó por alinear de inicio a Sergio Rico, Mariano, Mercado, Nico Pareja, Escudero, N’Zonzi, Nasri, Mudo Vázquez, Vitolo, Ben Yedder y Vietto.

No pude ver el partido, pero lo estuve oyendo. Les dejo el resumen de la web oficial:

El Sevilla FC ha dado un importante paso hacia el objetivo de llegar a los octavos de final de la Liga de Campeones. Ganar al Olympique de Lyon era requisito casi indispensable para aspirar a las dos primeras plazas del grupo y el conjunto de Sampaoli cumplió con creces. En el marcador ganó por la mínima, pero la victoria fue mucho más abultada en lo que a sensaciones y méritos respecta. Porque el Sevilla jugó una segunda parte primorosa, se desató y sacó todo el potencial que tiene dentro y que hasta el momento sólo ha exhibido a ratos. El Sevilla fue un rodillo que arrasó al Olympique al que pudo golear si hubiera estado más acertado en el remate, pues se dio el lujo incluso de fallar un penalti.

La victoria ante el Olympique fue ajustada en el luminoso, pero la superioridad del Sevilla resultó mayúscula. Y eso que no comenzó bien, pese a que Jorge Sampaoli sacó un once ofensivo, con dos delanteros y Nasri, Vitolo y Franco Vázquez sobre el campo. Demasiado espeso, el Sevilla en el primer acto apenas pudo desarmar el orden de los galos, que de hecho llegaron más y pusieron en serios aprietos a Sergio Rico. No eran buenas las vibraciones al descanso, pero algo tuvo que pasar en el vestuario local porque el equipo que salió en la segunda mitad fue otro.

Nasri, que fue el que más se mostró en la primera mitad, impartió una lección de clase y liderazgo. El francés ordenó al equipo con su talento y con su atrevimiento contagió a Vitolo y Nzonzi, que posicionaron con su empuje al equipo más arriba. El fútbol del Sevilla pronto ganó en dinamismo. Las entradas de los laterales eran constantes y el Olympique se mostraba incapaz de frenar las embestidas locales. El gol no se resistió mucho, después de culminar Ben Yedder una gran jugada de equipo, que terminó con pase al segundo palo de Nzonzi, cambio de orientación de Vietto y tanto del punta francés.

El gol no relajó al Sevilla, todo lo contrario. Sampaoli sacó a Iborra por Vázquez, bastante apagado. Nasri reinaba a sus anchas y dibujaba una y otra vez jugadas de ataque por banda que arrinconaban al Olympique. Las ocasiones llegaron de forma continua. Vietto tuvo dos mano a mano y un penalti que mandó arriba. Escudero cruzó un balón peligrósisimo, Iborra dentro del área también dispuso de su momento de gloria… El gol no llegó pero ni siquiera hizo falta para que la grada se entregara a lo que hacía el Sevilla en el campo.

Liberado en la segunda mitad, con intensidad en la presión, arrollando a su rival y jugando con alegría, el Sevilla cuajó una segunda parte casi perfecta, en la que sólo se echó de menos algo de puntería. La imagen de esta noche está muy por encima del resultado. El Sevilla, después de las salidas de Ipurúa y San Mamés, necesitaba un partido de este nivel, un encuentro para creer y sobre todo para creérselo, para demostrarse que puede ser protagonista, gustar y gustarse. Lo logró con nota, aunque ahora el reto está en dar continuidad a lo que hizo en la reanudación. La segunda parte cuajada, desde luego, invita a la esperanza.

Mañana mismo recibimos al Alavés a las 16:15.

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