De los 22 jugadores convocados, se quedaron sin vestir Juan Soriano, Pareja, Arribas e Iborra.
Emery apostó por Beto, Coke, Dani Carriço, Kolodziejczak, Fernando Navarro, Krychowiak,
Iborra, Reyes, Éver Banega,
Aleix Vidal y Iago Aspas.
Les dejo el resumen de la web oficial por motivos de salud:
Partido cuanto menos extraño y empate justo a tenor de lo que se vio
el terreno de juego, que llegó in extremis una vez más gracias a la
épica de un Mbia que volvió a hacer de las suyas en pleno descuento,
cuando la dolorosa derrota parecía un hecho. Tablas merecidas, pero
difíciles de explicar, porque al Sevilla le debería haber bastado con
los primeros 45 minutos, en los que salió lanzado con un gran
Iago Aspas, que abrió el marcador con un gran gol, dejando a los locales
tocados. El equipo de Unai tuvo a su merced al Rijeka, pero no lo
aniquiló, hasta el punto que acabó cediéndole incluso la posesión antes
del intermedio. Llegó la segunda parte, Iborra tuvo una clarísima y en
la réplica el Rijeka, que estaba poniendo mucho más sobre el terreno de
juego desde antes del descanso, pilló a la defensa despistada, haciendo
Kolo penalti cuando Kramaric se iba solo. Roja y expulsión. El propio
Kramaric ajustició a Beto desde los 11 metros. Con uno menos el Sevilla
se mostró incapaz y fue barrido por el impetuoso Rijeka. El partido fue
lo que Kramaric quiso que fuera, tirando continuos desmarques para los
que no había respuesta. En una de esas escapadas asistió a placer para
que Kvrzic marcara el segundo. Todo parecía perdido y entonces llegó el
momento del nunca se rinde que tan bien encarna Mbia para salvar un
punto que sirve para ser líderes, pero sobre todo para apagar el fuego
que hubiera provocado la derrota.
El reparto de puntos equivale al reparto de tiempos del partido, el
primero para el Sevilla y el segundo para el Rijeka. Eso no quita que el
Sevilla, pese a lograr la igualada en el descuento, pueda regresar
contento desde Croacia, porque la victoria la debía haber cerrado
incluso antes del descanso. De las palabras de confianza cero que tanto
se escucharon estos días en el entorno de la plantilla se pasó a los
hechos. El equipo, con un once en el que destacaba la presencia de
Aspas, salió enchufado, a por todas. El gallego estaba entonado y no
tardó en notarse. Lejos de fijar su posición arriba, se volcaba a las
bandas generando espacios y quebrando la cabeza de los defensas rivales.
Desde la derecha le sirvió un centro medido con la zurda a Reyes, que
no acabó en gol porque Vargic sacó una mano excepcional.Regaló un nuevo
balón de gol, esta vez a Krychowiak, pero el polaco disparó mal. Aspas
estaba en todas y se apuntó su primer gol con todo merecimiento antes de
que se cumpliera la media hora. Jugada de libro del Sevilla. Saque de
banda, prolonga Iborra en el primer palo, yerra un defensa del Rijeka en
el despeje y Aspas hace un golazo, colocándosela con la derecha para
matar con un certero remate con la izquierda.
Gran gol y el partido se pone a pedir de boca. El Rijeka se ve
totalmente superado y el Sevilla busca el segundo, pero conforme pasan
los minutos se va diluyendo y de hecho se va al descanso dejándole la
iniciativa al Rijeka. En la reanudación Iborra tuvo un disparo cruzado
clarísimo que podía haber sido la sentencia, pero los locales, que iban
de menos a más, no renunciaban a nada y en la réplica, con una buena
salida Kramaric se cuela hasta la cocina y es derribado por Kolo. Roja y
empate desde los once metros. Emery intenta reajustar al equipo sacando
a Mbia y Tremoulinas por Reyes y Banega. La balanza, sin embargo, cae
del lado del Rijeka, que se envalentona y basando todo en los
movimientos de un Kramaric en estado de gracia pone al Sevilla en jaque.
Un pas tras el enésimo desmarque del delantero croata acaba en el
segundo de Kvrzic. Emery saca a Bacca por Aspas en busca de un empate
que salve los muebles, pero en todo momento da la sensación de que el
tercero, por las contras claras de las que disponen los locales, está
más cerca que la igualada. Los croatas, sin embargo, perdonaron en
demasía, también por los buenos repliegues de los nervionenses. Sin
embargo, en ataque las intentonas, que se fundamentaban en colgar
balones al área, se quedaban en nada, aunque era destacable que los de
Unai no dejaban de intentarlo. Y así, cuando todo parecía abocado a una
derrota difícil de explicar por lo inesperada tras el buen arranque,
Mbia dijo una vez más aquí estoy cuando ya estaba todo el pescado
vendido. El camerunés remató de primeras un servicio de Tremoulinas,
salvando el tropiezo y sobre todo inyectando moral a un equipo que
hubiera salido muy tocado con una derrota. Al final, el punto sirve para
sumar y sobre todo, con la victoria del Feyenoord, para ser líder del
grupo, lo que es mucho tal y como estaban las cosas en el minuto 90,
aunque escaso si se tiene en cuenta cómo estaban las cosas en la primera
parte.
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