No pude ver el partido gracias a la hora tan estupendísima a la que terminaba (nótese la ironía). Les dejo la crónica de la web oficial:
La inercia ganadora del Sevilla sigue viva. En esta ocasión la victoria no fue holgada y hubo más tensión que en anteriores choques, en parte porque el nivel de la Real es muy parejo al del conjunto de Unai, en parte porque el Sevilla no supo abrochar un choque que debió haberse sentenciado mucho antes del minuto noventa. Hubo que sufrir, sin duda más de la cuenta por las ocasiones desperdiciadas, pero en líneas generales el Sevilla, salvo en el tramo final de la primera parte y en el comienzo de la segunda, dominó bien los tiempos del juego y fue el dueño de un partido que se apuntó con todo merecimiento.
Una vez más el Sevilla volvió a responder con un once repleto de rotaciones y ésa debe ser una de las principales lecturas de un triunfo que refuerza el nivel de la plantilla, sobre todo por la entidad del rival. Lo que ha logrado este equipo, con cuatro victorias en apenas 10 días, tiene enorme mérito y sólo se puede conseguir si se hace lo que está poniendo en práctica Emery: rotaciones amplias de partido a partido, que en definitiva reparten esfuerzos y frescura para que el equipo no baje su rendimiento. Obviamente, sería fácil si sólo se tratara de eso, cambiar unas piezas por otras. Pero lo difícil es que esos cambios no alteren las prestaciones del equipo y que los unos respondan igual que los otros. Y eso, que es lo complicado, por la pericia de Unai y por la variedad que hay en un plantel de verdadero nivel, se está logrando con creces.
Al Sevilla, que salió con Banega en la mediapunta, escoltado por Reyes y Deulofeu en las bandas, le bastó con un buen arranque para imponerse a un rival de su teórica liga. El equipo salió achispado, con Reyes canalizando muy bien el juego y Tremoulinas corriendo su banda con mucha soltura. Sin hacer demasiado, más que nada una falta de Pareja que salvó Zubikarai con una gran estirada, eran los locales los que mandaban, dando la sensación de que en cualquier momento podían dar el zarpazo. Y el zarpazo llegó en el minuto 18, con una apertura de Reyes, muy activo, a la izquierda, donde Tremoulinas puso un balón magnífico al segundo palo para que Deulofeu empalara adentro de primeras.
A raíz del gol llegaron los mejores minutos locales. Banega y Reyes lo intentaron con peligro desde fuera del área. El equipo estaba de dulce y por momentos rozaba la excelencia, con jugadas repletas de combinaciones al primer toque que llegaron a poner en pie al Sánchez Pizjuán. Deulofeu buscaba el gol olímpico y de nuevo Zubikarai decía presente... En definitiva, tanto creía el Sevilla que hacía incluso lo más difícil, lo que, paradójicamente, le llevó a olvidar lo más fácil, o mejor dicho, lo más necesario. Enredados en la excelencia los de Unai se fueron perdiendo y la Real pegó un paso adelante. El Chori Castro dio varios avisos serios y los donostiarras llegaron al descanso acechando el empate sin complejos. En la reanudación los vascos continuaron tomando la iniciativa y de nuevo el Chori Castro, esta vez con una muy clara, rozó la igualada, solo ante Beto, pero su disparo se fue al lateral de la red. El Sevilla vivía sus peores momentos y Mateu Lahoz no ayudaba con un arbitraje muy severo que minaba de tarjetas a los hispalenses. Zaldúa con la testa exigió al mejor Beto. La cosa estaba fea, pero el equipo, justo cuando parecía que se iba a caer, sacó pecho, fundamentalmente gracias a Mbia y Krychowiac -despliegue soberbio el del polaco-, y dio un par de arreones que le pusieron varias veces de gol y espolearon a las gradas.
Emery aprovechó la momentánea reacción para sacar a Deulofeu, primero, y a Reyes, después, por Aleix Vidal y Denis Suárez respectivamente. Los recambios fueron para bien, el equipo ganó enteros y las ocasiones comenzaron a caer en cascada. Zubikarai, que hizo un enorme encuentro, sacó sobre la línea un cabezazo demoledor, otro más, de Mbia. Denis también se encontró con el meta vasco, pero sobre todo fue Aleix Vidal, que tras culminar una sensacional jugada de equipo con taconazo de Denis y buena internada de Iago Apas -el tercer cambio-, quien tuvo la oportunidad de hacer el 2-0, imponiéndose de nuevo un Zubikarai en estado de gracia. El correr de los minutos acabó con el Sevilla volcado en campo realista, mereciendo el segundo, pero incapaz de sentenciar, lo que propició que en el descuento los locales tuvieran que sufrir en una acción a balón parado que sin duda estuvo de más. Hubo que sudar más de lo necesario y el triunfo no fue tan contundente ni brillante como los anteriores. Sin embargo, fue merecido, muy merecido, porque, a diferencia de lo que, por ejemplo ocurriera contra el Valencia, esta vez el Sevilla no se aculó, sino que jugó más para hacer el segundo que para defender la ventaja mínima.
Veamos el acta:
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(18') Deulofeu Lázaro, Gerard Gol | ||||||||||||||||||||||||||||
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