Noche especial para el sevillismo. Primer derbi sevillano en Europa en el estadio del vecino. El marcador en contra tras el partido de ida. Caras de concentración tanto de los miembros del equipo como de la afición.
En el plano personal, resaltaré que estaba muy nerviosa desde cuatro horas antes de que Proença diera comienzo al partido. Nervios que traté de calmar como pude, pero que no se fueron. Conforme llegaban las 21:05, me iba encontrando peor.
Con el gol de Reyes respiré. Respiré porque, aunque seguíamos fuera, estábamos más cerca del sueño. Se podía. Me desesperé en ciertos momentos del partido porque el segundo gol no llegaba. Bacca hizo que el grito que di lo oyera el vecindario perfectamente.
Yo no quería una prórroga, y menos una tanda de penaltis, pero eso es lo que hubo. Ahí ya no pude más y me tuve que acostar antes de que los nervios me mandaran al hospital. Dejé grabando el partido y seguí oyéndolo por la radio.
En la prórroga estaba nerviosísima porque sabía que un gol del vecino nos dejaba sin sueño. Aguanté como pude hasta la temida tanda. Ahí ya estaba al borde de un fuerte ataque de ansiedad.
Con el fallo de Víctor Machín me puse muy nerviosa. Rubén Castro lo empeoró con su gol. Coke me tranquilizó algo. Salva Sevilla hizo que me volviera a poner nerviosa. Gameiro me transmitió cierta tranquilidad. Amaya rompió dicha tranquilidad de nuevo. Alberto Moreno me hizo vibrar. El fallo de N'Diaye me tranquilizó algo. Rakitic me transmitió mucha paz, pero quedaba un lanzamiento...
El de Nono. Ay, Dios... Le pegó como le pegaría yo si pudiera y ahí estallé. No podía parar de llorar. "¡Qué grande es todo esto!", grité mientras me acordaba de una imagen que no voy a olvidar en mi vida: La de Cristóbal Soria en Eindhoven de rodillas con las manos tapando sus ojos. Me acordé de él y de todos aquellos sevillistas que vieron el partido anoche desde un sitio tan privilegiado como es el tercer anillo. No quise saber nada más y apagué la radio.
Hoy ha sido el sorteo. Nos toca el Oporto. Ya nos eliminó en octavos de final de Europa League en 2011, con Manzano en el banquillo. La ida será el 3 de abril en tierras portuguesas. La vuelta será el 10 de abril ante nuestra afición.
Ahora toca cambiar el chip. El domingo toca madrugar para intentar ganar a Osasuna.
El
partido de ida se jugará, el 3 de abril en tierras portugesas, mientras
que la vuelta será el 10 de abril en el Ramón Sánchez Pizjuán
El
partido de ida se jugará, el 3 de abril en tierras portugesas, mientras
que la vuelta será el 10 de abril en el Ramón Sánchez Pizjuán
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