El Sevilla saltó al campo aletargado y pagó las consecuencias. En la segunda parte, con la entrada de jugadores de peso, el equipo dio la cara y acabó logrando la igualada, para luego imponerse en la tanda de penaltis.
El Sevilla se impuso en el Teresa Herrera en la tanda de penaltis ante un Deportivo que sin duda también mereció ser campeón, sobre todo por una primera parte en la que el equipo andaluz estuvo desconocido. Los gallegos, no obstante, perdonaron y en el segundo tiempo, con la entrada de jugadores de mayor entidad el equipo de Marcelina se fue creciendo y acabó logrando las tablas, gracias a la certeza de Koke, tras asistencia de un Álvaro Negredo que demostró que lo mismo está para marcar goles que para arrastrarse por la hierba en pos del bien común. En los penaltis la suerte se alió con los visitantes, que consiguen su cuarto trofeo. La tensión que ha exhibido el equipo en sus últimos encuentros veraniegos no se vio en los primeros compases del encuentro. Los de Marcelino, que jugaban con un equipo, a priori, con más secundarios que protagonistas, se dejaron intimidar por un Deportivo que salió fiero, con ganas de agradar a su público. Los gallegos sabían lo que querían e iban a por ello con determinación, precisamente lo que les faltaba a los andaluces. Un error en la entrega de Fazio nada más comenzar el choque estuvo a punto de ser aprovechado por Riki. Fue el primer aviso. No hubo segundo, porque prácticamente al instante un servicio al fondo magnífico de Valerón, se convirtió en una rápida acción ofensiva que culminó totalmente solo Riki. El propio Riki, aprovechando otro servicio de Valerón que de nuevo desnudaba la zaga nervionense -compuesta por Alberto Moreno, Bernardo, Alexis y Cáceres- pudo volver a marcar, pero tras sortear a Dani Jiménez falló a placer. El Sevilla apenas alzó la voz en el primer acto. Tan sólo un ajustado disparo de Tom de Mul puso en aprietos a Aranzubía. Pero en la segunda parte se ajustaron las fuerzas. Marcelino comenzó a sacar artillería pesada y se equilibró la contienda, habida cuenta que los locales sí jugaban con su once de gala. Medel y Salva dieron solidez en la medular y Perotti conectó el centro del campo con los hombres de arriba con su particular briega. Armenteros la cruzó con peliro en el 12, Negredo la envió al larguero 10 minutos más tarde después de una sensacional acción de Luis Alberto, quien estuvo muy intermitente... Los andaluces, ahora sí, se habían metido en la batalla, pero el Deportivo no cedía terreno, continuaba buscando balón y cuando no lo tenía buscaba contras peligrosas. Riki, de hecho, desperdició otro balón franco y a placer, que Dani Jiménez consiguió detener en la raya. El gol, no obstante, se resistía y parecía que la buena primera parte de los locales iba a ser suficiente para que se llevaran el torneo, aunque los nervionenses, con Negredo, batallador y solidario como el que más, a la cabeza no renunciaba a las tablas. La fe tuvo su premio a cinco del final. Perotti se cocinó la jugada, Negredo luchó el cuero en línea de fondo y la puso atrás y Koke remató a placer. El cambio de cromos del Sevilla, que acabó con Navas y Trochowski también en el campo, había sido demasiado para los gallegos. En la tanda de penaltis el fallo inicial de Del Moral fue subsanado por el acierto del resto de sus compañeros y los errores de Colotto y de Xisco. Negredo, que completó los 90 minutos y se fajó con entereza, transformó el penalti decisivo para engrosar con el prestigioso Teresa Herrera las vitrinas de Nervión y poner el broche a una gran pretemporada, hecho, sin embargo, que no debe hacer olvidar el desdibujado arranque del encuentro.
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