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viernes, 11 de abril de 2014

¡Semifinales, allá vamos! (4-1)

Emery alineó de inicio a Beto, Coke, Pareja, Fazio, Fernando Navarro, Mbia, Carriço, Reyes, Rakitic, Víctor Machín y Bacca.

Les dejo el resumen de la web oficial

Todo apuntaba para una noche grande en Nervión, al menos por el ambiente que se había cocinado en la previa del choque. Pero una cosa son las sensaciones y otra lo que ocurre cuando echa el balón a rodar. Ahí es donde se ve si se está o no para la gloria. Realmente era una incógnita saber si el Sevilla iba a responder a las expectativas, teniendo que levantar un 1-0 adverso ante un conjunto del oficio del Oporto. Pero el equipo de Unai tardó muy poco en resolver el suspense. No salió acelerado, pero sí acelerando, con una tensión en su juego que borró en el inicio a su rival. Bacca no tardó ni tres minutos en ponerse de gol ante Fabiano, que despejó. El rechace cayó en Coke, éste vio como entraba al área Víctor Machín, el canario recibió y la puso atrás para Bacca y el colombiano cayó derribado. Penalti en el minuto 5. Nervión achicarrando, lanzado, y Rakitic colocando el balón en el punto de penalti para fusilar con clase y dar rienda suelta a una andanada de fútbol y golpes que dejó KO a los portugueses de ahí al descanso. El Sevilla fue un vendaval mayúsculo, un grande cuando hay que serlo, en las finales que exigen grandeza. Lejos de achicarse, los sevillistas fueron gigantes que machacaron a su contrario.
Tal vez decir que el Sevilla arrolló al Oporto en la primera mitad sea poco. Los nervionenses literalmente borraron al conjunto de Luis Castro, que seguramente no esperaban similar embestida inicial. Muy bien plantado en el campo, con Carriço -qué jugador- y Mbia en el centro, y Reyes, Rakitic y Víctor Machín escoltando a Bacca arriba, el Sevilla logró lo que todo equipo necesita cuando se requiere una noche épica, un gol tempranero. Ahí al Oporto le temblaron seriamente las piernas y el Sevilla comenzó a jugar gustando y gustándose, tocando y haciendo correr a los lusos, muy superados, sobre todo en la efectiva y agresiva presión que lanzaban los locales. En el minuto 11 una gran jugada colectiva con participación de Reyes y Mbía acabó con un pase raso de Coke al que Víctor Machín no llegó en boca de gol por muy poco. Cinco minutos más tarde que Reyes desde fuera del área quien tuvo el segundo, pero Fabiano se lució con una gran estirada. No iba a tener tanta suerte poco después, en una jugada que ilustra bien lo que fue el partido. Fernando Navarro roba, Bacca prolonga con la testa y Víctor Machín en el área mete cuerpo y define cruzando con empaque. Agresividad, intensidad y acierto, todo en una acción que definitivamente ponía la eliminatoria en suerte.    Lo lógico es que el equipo bajara el descomunal ritmo que imprimía al encuentro con el 2-0, pero los de Emery no dieron tregua y tres minutos más tarde del zarpazo de Víctor Machín, Bacca resolvió a la media vuelta una jugada embarullada que se había montado en el área. 3-0 en media hora, increible, o no tanto, porque el Sevilla era una fiera enrabietada que parecía no tener fin. Sin embargo, no todo iba a ser un camino de rosas. La gloria muchas veces exige sufrimiento y en la reanudación al Sevilla le tocó sufrir cuando al poco de reiniciarse el choque Coke se fue a los vestuarios por doble amarilla. Si en la primera parte se puso juego, en la segunda, con uno menos, se echó bemoles, con una verdadera exhibición defensiva en la que Fazio elevó un poco más su talla de central de primerísimo nivel. Luis Castro movió el banquillo y lo intentó como pudo, pero el Sevilla no le daba un metro y todos los intentos visitantes se reducían a disparos lejanos muy imprecisos. Los de Emery, muy cerrados, con un sacrificio colectivo encomiable, se encomendaron a las contras. El técnico vasco sacó a Gameiro por Bacca, para explotar la velocidad del francés y la apuesta tuvo premio, porque el ex del PSG a 12 del final machacó definitivamente las esperanzas blanquiazules, rematando en el área chica un mal despeje de Fabiano.    En los últimos 12 minutos el protagonimo se lo llevó el éxtasis de una afición que hacía del Sánchez Pizjuán un pandemonium de euforia y pasión. Un golazo de Quaresma se coló en una fiesta que ni siquiera así podía desteñirse. Terminó el partido y una vez más, como si fuera tradición, el himno del Centenario comenzó a rugir desde las gradas. Jugadores y técnicos hicieron coro en el centro del campo, bailando al son de la exaltación colectiva. Era el punto y final a una noche memorable, a una nueva remontada para la historia. Letras de leyenda escritas con un fútbol arrebatador por un equipo que jugó como juegan los grandes, la única forma de fulminar en 30 minutos a un clásico de Europa, la única para estar en unas semifinales europeas.

Les dejo el análisis de nuestro próximo rival realizado por la web oficial del Sevilla FC:

El Sevilla FC volverá a medirse a un equipo español en una semifinal de la Europa League. Los de Unai Emery tendrán que enfrentarse al Valencia CF por una plaza en la finalísima de Turín, jugando la ida en Nervión el 24 de abril y la vuelta el 1 de mayo en Mestalla. A diferencia de las otras dos semifinales, el Sevilla FC se la jugará en el partido decisivo lejos del Ramón Sánchez Pizjuán.
El Valencia CF es quizá el rival que el técnico del Sevilla Unai Emery mejor conoce, tras sus años en el banquillo del cuadro ché. El conjunto valencianista ha ofrecido claramente dos caras muy distintas según se trate de la Liga o la competición europea, en la que su nivel ha sido alto, comportándose como un equipo muy goleador y muy eficaz, quizá ante rivales no muy contrastados. En total, ha disputado 12 encuentros y ha sumado 8 victorias, 2 empates y 2 derrotas. Ha marcado 23 goles y ha recibido 10.
En la fase de grupos, en el grupo A, sumó 13 puntos muy destacado de sus tres rivales, pese a que inició la tanda con una derrota en casa (0-·3) ante el Swansea. Pero después se rehizo y logró cuatro victorias seguidas: 0-2 ante el Kuban; 5-1 frente al St. Gallen; al que volvió a vencer 2-3 a domicilio; y devolviendo al Swansea un 0-1 en feudo inglés; y enpatando 1-1 en casa ante el Kuban. En las eliminatorias posteriores, venció por un global 2-0 al Dymamo de Kiev, 0-2 en la ida y 0-0 en Valencia. Resolvió en octavos 0-3 ante el Ludogoret y 1-0 en Mestalla. Y finalmente en cuartos, cayó de forma inesperada 3-0 ante el Basilea, pero este jueves superó en una remontada con prórroga al cuadro suizo por 5-0. Su jugador Paco Alcácer, que ayer logró un 'hat-trick', es el máximo goleador de la competición con 7 goles en 10 partidos.
El Valencia de Pizzi está actualmente en período de renovación y su portero titular Diego Alves, lesionado de larga duración, es seria duda para la eliminatoria ante el Sevilla. El conjunto valencianista es un club con logros continentales. Fue dos veces subcampeón de Europa, en la 1999/00 y 2000/01. Ostenta dos supercopas de Europa, en 1980 y 2004; una Copa de la Uefa, en la 2003/04 y una Recopa de Europa en la 1979/80. Asimismo tiene en sus vitrinas dos trofeos de la antigua Copa de Ferias, en la 61/62 y la 62/63.

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