La lista la formaron: Beto, Javi Varas, Diogo, Cicinho, Alberto Moreno,
Fernando Navarro, Nico Pareja, Fazio, Carriço, Mbia, Iborra, Marin,
Víctor Machín, Jairo, Reyes, Trochowski, Rakitic, Bacca y Gameiro.
De los 19 jugadores citados, Alberto Moreno se quedó sin vestir.
Emery apostó de inicio por Beto, Diogo, Pareja, Fazio, Fernando Navarro, Carriço, M'Bia, Reyes, Rakitic, Víctor Machín y Bacca.
Por problemas de salud que me han obligado a guardar reposo durante 48 horas, les dejo el resumen de la web oficial. Disculpen las molestias:
A Turín se va por Valencia, concretamente por Mestalla, en donde a
buen seguro el Valencia jugará todas sus bazas para lograr remontar una
eliminatoria que se le ha puesto complicada. Pero el 2-0 de esta noche y
sobre todo la imagen consistente y plenamente solvente del Sevilla lo
acercan a Turín y le otorgan cierto grado de confianza para soñar. El
Sevilla está en estado de gracia y este jueves volvió a demostrarlo,
pero sobre todo una vez más estuvo a la altura de lo que exigía un
partido de altura, resistiendo cuando había que resistir y aprovechando
su momento para hurgar en la herida rival. El resultado final es el
soñado para una ida en una eliminatoria europea. 90 minutos en Mestalla
pueden dar para mucho, aunque la fiabilidad del equipo de Unai Emery es
incuestionable.
Pocos no hubieran firmado un marcador como el obtenido en este primer
asalto por la final de Turín. El Sevilla fue todo tenacidad para
imponerse a un gran rival, que de hecho le superó sin discusión en los
primeros 25 minutos, en los que el equipo estuvo demasiado partido. Muy
bien plantado, el Valencia se hizo con el balón y sobre todo con los
espacios. El cuero siempre acababa en los hombres de Pizzi y el Sevilla
poco a poco se iba aculando. El partido estaba tomando el peor de los
rumbos, pero este Sevilla sólido, que sabe encajar golpes, se revuelve a
poco que le den un momento. Y así fue. Un saque de esquina en el minuto
27 acabó con un remate que se fue por muy poco de Fazio. Esa ocasión
espoleó al respetable y por ende a los jugadores. Segundos después
Rakitic y Bacca se asociaron, rematando el colombiano demasiado cruzado.
Esas dos jugadas cambiaron el aire del choque, porque por primera vez
el Sevilla se veía con posibilidades, y, además, porque Emery ajustó con
acierto la posición de Rakitic, que se retrasó un poco para arrebatar
el dominio de la medular a Parejo y Keita, que hasta ese momento estaba
siendo irrefutable. En el minuto 33 llegó el primer aguijonazo. Rakitic
saca una falta, Carriço prolonga y Mbía, en fuera de juego, remata. El
gol sube al marcador y el Sevilla abre una herida de la que el Valencia
jamás se recuperó. Los de Pizzi se vinieron abajo y el Sevilla, que olió
la sangre, se fue sin piedad a por su víctima. El nuevo mordisco tardó
sólo tres minutos en llegar, fruto de una inteligente jugada que se
cocinaron Víctor Machín y Bacca, que el colombiano fulminó a la red, después de
una excepcional arrancada.
Antes del descanso Fazio tuvo el tercero con la testa, pero Guaita
apareció con una gran estirada. Con una abrumadora sensación de
superioridad sevillista llegó al partido al descanso y en la
reanudación, aunque el Valencia retomó el control, las sensaciones no
cambiaron. Fazio, una vez más a balón parado, tuvo el gol e su testa,
pero sobre todo Bacca, después de ser asistido con una genialidad de
Rakitic, desperdició un mano a mano ante Guaita, que sin duda mantuvo a
los suyos en la eliminatoria. El Valencia pisó un poco más el acelerador
y el Sevilla optó por replegarse y aguantar los golpes con oficio. Lo
cierto es que el Valencia lo buscaba, pero no lo encontraba, porque la
defensa, con Fazio al frente, estaba sublime. Una rosca de Vargas metió
el susto en el cuerpo a la parroquia local, que cuando peor lo pasaba el
equipo se arrancó por el himno del Centenario, para admiración de los
aficionados del Valencia, que desde Gol Sur grababan con sus móviles el
emocionante espectáculo. En el césped la lucha no tenía cuartel. Cada
metro suponía un esfuerzo titánico, aunque los de Emery resistieron bien
hasta el tramo final, cuando el empuje del Valencia pasó al grado
máximo. En los últimos cinco minutos hubo que sufrir de lo lindo, pero
se supo sufrir, eso es lo que da más fuste aún al triunfo. Jonás la tuvo
franca, aunque apareció un Beto enorme, mientras que Vargas se estrelló
con el larguero para alivio de una grada que no veía el final para
conservar un resultado excelente. Sin embargo, cosas del fútbol, fue
Iborra, que había salido en el tramo final, el que tuvo la última
oportunidad del choque, cuando remató arriba con todo a favor una falta
de Rakitic.
No hubo más. El Sevilla se apuntó un triunfo trabajado y sufrido, en
el que su rendimiento fue de menos a más, pero en el que sobre todo
exhibió el oficio propio de un equipo grande llamado a jugar una final.
No perdió los nervios en el comienzo, cuando el Valencia era mucho
mejor, supo golpear duro cuando el Valencia flaquó, después de
arrebatarle el centro del campo, y con todo a favor mantuvo la renta con
solvencia y entidad, para dar un golpe contundente a la semifinal.
Turín todavía está lejos, pero sin duda mucho más cerca que antes de la
ida. Decidirá Mestalla, sí. Sin embargo, la solvencia de este Sevilla le
da pleno derecho para soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario