El equipo cuajó un partido completo, de menos a más. Marcelino repitió con el 4-1-4-1 y sus hombres reafirmaron las óptimas sensaciones que transmitieron en la primera mitad de Zaragoza. Fazio, Manu del Moral y Kanouté, goleadores en una noche ansiada
El Sevilla FC respira en zona europea y lo hace con aire plácido, porque por fin ha conseguido volver a la senda del triunfo en casa y, sobre todo, por cómo lo ha hecho. Al equipo de Marcelino le costó arrancar, pero se hizo con el choque y manejó sus tiempos para llegar a deleitarse en ciertas fases del segundo tiempo. Un cabezazo de Fazio a pase de un magnánimo Ivan Rakitic, que hizo el mejor encuentro en lo que va de temporada, abrió la maraña. Manu y Kanouté certificaron la cuenta de un partido redondo que, en suma, hizo buenos muchos de los indicios que se percibieron hace una semana en La Romareda. El Sevilla ha dado un giro táctico indudable y el equipo, en parte también gracias a la mejora del rendimiento de algunas de sus fichas, se exhibe mucho más compacto, con más peso, más arropado entre líneas... En definitiva, es más equipo y su calidad, que la tiene, acaba imponiéndose.
La segunda victoria consecutiva en Liga era anhelada y mucho por una afición que se estaba acostumbrando a ir a su campo a sufrir. El disfrute estaba vedado para una hinchada que no sabía lo que era un partido tranquilo desde la anterior campaña. Pero algo está cambiando, eso es indudable. Parece que por fin, por más que el fútbol es voluble y vendrán curvas, el equipo ha encontrado un equilibrio, una coherencia en sus formas. Porque con el 4-1-4-1 que Marcelino puso en liza en La Romareda y que prolongó esta noche en Nervión, el Sevilla se ve mucho más seguro, no se rompe y sobre todo se mejora mucho en ataque, porque hay más puentes entre la divisoria y el área contraria. Cierto es, no obstante, que el comienzo del partido no daba pie al optimismo, porque al poco de comenzar el choque hubo un barullo, con penalti incluido de Spahic no señalado, en área nervionense que no acabó en gol porque Fernando Navarro está a un nivel de selección inapelable y evitó el tanto en las narices de Miku.
Salvado el incendio inicial, el Getafe apenas apareció en las cercanías de Varas. Al Sevilla, muy atenazado en el comienzo, le costó hacerse con el mando, pero en el minuto 30 desatoró el entuerto con una jugada de estrategia, vía saque de esquina. Rakitic la puso en la zona caliente y Fazio, en plancha, sin miedo, hizo el primero con la testa. El choque comenzó a virar y en el segundo tiempo, con Manu del Moral ya en el campo tras sustituir a Perotti, el Sevilla cuajó minutos de verdadero espectáculo. Negredo es la boya que sostiene el engranaje. Él orienta al resto e inevitablemente, por el respeto que crea entre los zagueros contrarios, libera a sus compañeros. Con el madrileño, pese a no marcar en esta ocasión, la vida es mucho más fácil y he ahí una de las claves de las últimas victorias. Pero no fue él sino Manu quien amplió la brecha. El equipo hilvanó una contra excelente y Manu la colocó de la diestra al segundo palo con un remate preciso con el que no pudo Moyá.
El tanto de Del Moral tocó a rebato. A diferencia de otras ocasiones, el equipo no se aculó, sino que exhibió la ambición que tienen que tener los equipos grandes. El tercero se buscó con convicción, con Rakitic, muy liberado, dado que el trabajo sucio estaba lejos de él, repartió juego con ese talento que le hace diferente, mientras que Navas fue un torrente, mucho más suelto que en anteriores choques. Manu tuvo el tercero en otra jugada de conjunto excepcional, con gran dejada final de Rakitic, pero Moyá salvó los muebles. El portero, que debió ver la roja por tocar con la mano el balón fuera del área, fue el mejor de los azulones. Pero ni siquiera en estado de gracia pudo parar a Kanouté, que tuvo 20 minutos deliciosos. El malí saltó al campo por Negredo y dio un recital de amortiguación de balones aéreos… Pocos como él bajan de las nubes el cuero con similar lucidez, sus gestos encarnan clase y los destellos con los que fue iluminando la noche explotaron al final, con un remate con el interior a palo cambiado, más propio de un golfista que de un futbolista que actúa a mil por hora. Golazo y gradas al suelo. Por fin felicidad. Ese fue el epílogo de un partido en el que el Sevilla se ha reafirmado en sus opciones en todos los sentidos. Los análisis conducen sin duda a que con más efectivos en el centro del campo el equipo gana en cohesión, exhibe un fútbol más denso, da protagonismo a las bandas y emancipa al jugador que se encarga de crear en la divisoria… Pero dentro de ese todo hay muchas aristas que tocar. Por ejemplo, el magnífico rendimiento que está dando Fazio en el centro de la zaga, imponente en todos los sentidos, la mejoría total de Rakitic o lo válido, más que nada por el gol que tiene, que puede ser Manu del Moral jugando en la izquierda, que al fin y al cabo es donde se hizo internacional con la selección campeona del mundo. El Sevilla, por fin, se parece más al deseo general de equipo que la afición imaginaba a comienzos de temporada.
Veamos el acta:
| (20) Manuel, Del Moral Fernandez |  | 39 |
| en sustitución del jugador | ||
| (10) Diego, Perotti |  | |
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| (12) Frederic, Kanoute | | 71 |
| en sustitución del jugador | ||
| (9) Álvaro Negredo Sánchez | | |
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| (16) José, Gómez Campaña | | 77 |
| en sustitución del jugador | ||
| (15) Piotr, Trochowski | | |
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