¡Fuerza, Javi!

Querido amigo Javi:

Esta tarde me he enterado de que te has puesto otra vez malito y de que hay unos médicos muy buenos que te están intentando curar. Te han dormido para que no te enteres de nada y para que, cuando despiertes, nos tengas a todos mimándote.

Ahora no te puedes rendir, amigo Javi, ahora no, por favor. Tú sabes que no hay derrota en el corazón del que lucha, y, como tú no vas a dejar de luchar, no vas a salir derrotado, ¿a que no?

Sé que echas de menos a tus seres queridos que están en el tercer anillo, Javi, pero déjame decirte que eres muy joven para eso, ¿no te parece?

Cuantos más luchemos a tu lado, mejor, porque nos vas a dejar que luchemos contigo, ¿verdad?

Un abrazo, Javi. Espero tener noticias tuyas de tu mano o de tu boca muy pronto.