Emery apostó de inicio por Beto, Coke, Pareja, Fazio, Alberto Moreno, Mbia, Carriço, Reyes, Rakitic, Víctor Machín y Bacca. Varas, Navarro, Figueiras, Marko Marin, Iborra, Trochowski y Gameiro estuvieron en el banquillo. Sergio Rico, Cristóforo, Cotán, Cheryshev, Jairo, Cicinho y
Carlos Fernández vieron el partido desde la grada.
Les dejo el resumen de la web oficial. Los nervios me pudieron y no fui capaz de escribir ni una sola letra. Disculpen:
La grandeza se tiene o no se tiene. Y el Sevilla la tiene. El Sevilla
volvió a demostrar que en Europa goza de una mística especial, de un
carácter ganador, de un espíritu indomable, superior. Esta noche tenía
otra cita con la gloria. Las apuestas daban como vencedor al Benfica,
que jugó para ganar, pero que se encontró con el empaque de un equipo
que compitió con épica, con aire numantino propio de los grandes
campeones. La final fue un partido vibrante, repleto de tensión, con
méritos para ambos equipos. Hubo que llegar a los penaltis para resolver
un partido memorable que coronó un poco más al Sevilla FC en la cúspide
del olimpo europeo.
La primera parte fue equilibrada, pero a los puntos ganó el Benfica,
porque sin que ninguno de los dos se impusiera en el juego, los
portugueses fueron los que más empujaron y, sobre todo, los que tuvieron
ocasiones claras. No hubo rotundidad en el juego luso, aunque sí
momentos en los que metió el susto en el cuerpo a los hispalenses. En
apenas cinco minutos Fazio y Alberto Moreno vieron amarilla y eso
envalentonó al Benfica, que tuvo el gol con Garay en el área chica,
apareciendo un providencial Pareja. Pese a ello, el equipo de Jorge
Jesús se veía en aprietos cuando la pelota llegaba a su campo en pies
sevillistas. Sin hacer nada, los nervionenses dejaban entrever que
podían hacer mucho a poco de que dieran algo de precisión a su juego.
Así, en terreno de nadie, se fue moviendo el choque hasta la recta final
del primer tiempo, cuando el Benfica dio un arreón y Beto apareció
providencial, primero desbaratando un centro de Pereira y luego
imponiéndose ante un disparo de Rodrigo. Sin duda, el descanso no pudo
llegar en mejor momento para los hombres de Unai.
La segunda parte no dio un respiro. En tres minutos Nico Pareja volvió a
vestirse de héroe y salvó primero un gol cantado de Rodrigo y después
otro de Lima. El argentino se convertía en el hombre del encuentro para
los suyos y les daba aire, porque el Sevilla se rehízo y demostró que
con un poco de tino podía ser letal. Un un pase de Rakitic que Reyes no
acertó a culminar fue el primer aviso. Esa ocasión reactivó a los
hispalenses y el partido se puso bonito, con alternativas. Ambos equipos
soltaron amarres y eso benefició al espectáculo. Las llegadas se
desencadenaron para los dos bandos. Por el Sevilla Bacca y Reyes
tuvieron una contra muy clara que no supieron resolver y una vez más el
utrerano se puso de gol con un remate en el minuto 61 que pese a su
peligro acabó demasiado manso en las manos de Oblak. Tan frecuentes
comenzaron a ser las llegadas del Sevilla, que el equipo comenzó a
creérselo y a meter al Benfica en su campo. Ahora el disputado pulso
parecía comenzar a dominarlo el conjunto nervionense. Aún así la final
seguía estando en un pañueño, porque el Benfica, esta vez a la contra,
enseñaba sus garras y de qué manera.
Así, con un emocionante golpe a golpe, entró el partido en su recta
final. Víctor Machín, especialmente inspirado, llevaba peligro en cada
internada, pero Beto no podía bajar la guardia ni un instante, porque
las llegadas portuguesas eran muy claras. La final estaba algo más que
emocionante. Marin ya jugaba por Reyes, pero en esos instantes el miedo
comenzó a atenazar las intenciones de los jugadores de ambos equipos. El
minuto 90 se acercaba y los riesgos comenzaron a reducirse, sobre todo
por parte del Sevilla, que cuando se dio cuenta estaba atrincherado en
su área aguantando una terrible andanada benfiquista hasta que llegó una
prórroga providencial.
Los jugadores del Sevilla tomaron aire y toda la plantilla, desde los
utileros hasta los técnicos hicieron piña antes de volver a saltar al
campo para resolver su suerte con la gloria. Pero el triunfo se iba a
vender caro, demasiado. Jorge Jesús sacó a Cardozo por Siqueira en un
claro cambio ofensivo y el paraguayo en el primer balón que tuvo probó a
Beto, con una falta que el portugués logró despejar. Mucho mejor fue la
que tuvo Carlos Bacca, que en una excelente contra dejó a su par atrás
pero definió demasiado alto en su mano a mano con Oblak. Prácticamente
acto seguido Emery puso en el campo a Gameiro por un Marin que tuvo muy
poca incidencia.
Sin más, con tensión máxima sobre todo, llegó el choque a la segunda
parte de la prórroga. Víctor Machín no resistió más y Diogo le dio relevo.
Quedaban diez minutos y pese a que no ocurría nada podía pasar cualquier
cosa. Era tal la incertidumbre que incluso las gradas se silenciaron en
un tramo final en el que Bacca sufría un tirón y Mbia luchaba contra
sus molestias, sufriendo como en realidad hacían los 22 jugadores que
estaban en el campo y los más de cuarenta mil que poblaban las gradas
del Juventus Stadium. Y así se llegó a los penaltis. Una nueva copa de
la UEFA bajo la suerte de los once metros. Tal vez era lo más justo en
una final desgarradora, en la que ambos equipos merecían su parte de
éxito, por competir con grandeza, primero, y épica más tarde.
Llegó la tanda fatídica y entonces Beto se disfrazó de Palop. El héroe
fue un portugués, pero no del Benfica, no. 1-1 y Cardozo coge la pelota
para ejecutar su pena máxima. El paraguayo duda y Beto se lo come. Mbía
marca y en la réplica Rodrigo de nuevo se estrella ante un Beto coloso.
Coke hace el 3-1 y aunque Lima prolonga la agonía para los suyos, Gameiro
da la puntilla con un trallazo que pone al Sevilla en la órbita de los
grandes, en la suya, en la de los campeones, en la de los enormes de
Europa, pero que sobre todo le devuelve lo que es suyo, su copa. El
Sevilla, el Sevilla grande, con su copa, con su competición, con un
sueño hecho realidad.
Por si alguien sigue liado (a mí me ha pasado, lo confieso), les dejo un resumen de lo que pasó en la tanda de penaltis:
Lima (gol); Bacca (gol); Cardoso (falla); M'Bia (gol), Rodrigo (falla); Coke (gol); Luisao (gol); Gameiro (gol).
Me quedo con dos imágenes: La de todo nuestro equipo (jugadores, técnicos y auxiliares) abrazados y la de Rakitic llorando.
Ya les contaré por qué lloraba. No era por el título, no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario