Machín alineó de inicio a Vaclík, Jesús Navas, Dani Carriço, Kjaer, Sergi Gómez, Arana, Banega, Sarabia, Vázquez, André Silva y Ben Yedder.
Disfruté muchísimo con el partido. Les dejo la crónica de la web oficial por motivos de salud:
Había presión por ganar y poder aprovechar las opciones clasificatorias, pero este Sevilla no pareció acusarla y sacó adelante
un partido que se pudo complicar con el empuje vigués y que al final no
permitió relajación debido al tanto de Boufal, que apretó las tuercas
con diez a un equipo que pudo haber sentenciado mucho antes. Sin
embargo, fueron los tantos de Sarabia y Ben Yedder -con toda la
expectación que permite el VAR- los que acabaron decantando el triunfo
sevillista para adelantar al Real Madrid y el Barcelona y pasar el parón en lo más alto de la tabla.
No tardó en mostrar el equipo de Machín sus habituales bríos
iniciales en casa, pero los espacios que se vieron por ejemplo ante el
Real Madrid no eran permitidos a la contra por el equipo de Antonio
Mohamed. Un rechace en Hugo Mallo pudo complicarle la vida a
Sergio Álvarez nada más comenzar, pero lo cierto es que las ocasiones
más peligrosas en el inicio del choque fueron para los vigueses.
Antes del cuarto de hora lo tuvo muy cerca Pione Sisto, pero su remate
con todo a favor dentro del área lo sacó con muchísimos reflejos Vaclík.
Sarabia no tardó en contestar con un disparo lejano, pero fue Cabral,
en una acción a balón parado, el que volvió a inquietar para un Celta
que se mostraba firme atrás y peligroso con sus hombres de vanguardia.
Mientras tanto, el plan de Machín seguía su curso, pero en los últimos metros el Sevilla seguía pecando de precipitación y el
Celta parecía cómodo defendiendo sus dominios. Franco Vázquez era de
los pocos que conseguía avanzar metros de forma individual y
una acción suya, a sólo seis minutos para el descanso, permitió lo que
parecía imposible, abrir la lata viguesa. Una internada suya permitió un
balón a la banda para Ben Yedder, que centró demasiado fuerte en busca
de un rematador. Sin embargo Jesús Navas cazó a tiempo el rechace en el
banderín de córner y puso otro centro, ahora desde la derecha, para un
Sarabia que llegaba desde atrás. El balón llegó milimétricamente
a la cabeza del madrileño, que la puso imposible para Sergio y abrió el
marcador de forma magistral. El Sevilla lograba lo más difícil y se llevaba la ventaja al descanso, aunque los visitantes apretaron hasta el 45.
Salió fuerte el Celta tras el descanso, con la entrada de Eckert y la
salida de un Sisto que había sido de los más incisivos en los celestes.
De hecho encadenó varios saques de esquina prácticamente consecutivos
nada más salir, pero ese ímpetu provocaba el caldo de cultivo en el que
el Sevilla se muestra más peligroso. En el cuatro de la
reanudación la tuvo Ben Yedder, pero la mandó alta en una dejada de
André Silva que nunca perdió la fe a la hora de ganar esa pelota. Justo
después era Franco Vázquez el que perdonaba con un tiro cruzado , pero
el partido no iba a tardar en alcanzar su momento cumbre. Pasada la hora
de juego y en dos acciones muy seguidas, la última motivada de nuevo
por la presión de André Silva, Araújo veía la segunda amonestación y
dejaba a los célticos en inferioridad. Para colmo de males para
Mohamed y los suyos, casi de seguido llegaba el 2-0, tras un pase del
Mudo Vázquez que Ben Yedder ya no desperdiciaría. Aunque el
juez de línea anuló el tanto, la grada fue celebrando el tanto al saber
que las imágenes le daban validez, algo que terminó de certificar
González Fuertes por indicación del VAR.
Ahí llegaron los mejores minutos del Sevilla, que dominó y encontró
espacios. En el debe, lo de las últimas jornadas, el poder sentenciar y
no hacerlo. Todo hacía indicar que no le iba a hacer falta a los de
Machín porque el Celta atacaba con más orgullo que fe, pero la salida
del marroquí Boufal lo cambió todo. Ya sin Ben Yedder, muy ovacionado y
sustituido por Quincy Promes, el equipo visitante encontraba la
esperanza en una acción personal del africano, que la puso desde muy lejos del alcance de Vaclík pero pegada, por dentro, a su palo izquierdo.
Llegaban los lógicos nervios por la estrechez del marcador, pero ahí se
vio un Sevilla muy sereno e inteligente que ni tan siquiera permitió al
Celta volver a intimidar la portería nervionense. Con mucho toque y
aprovechando el cansancio del adversario, los tres minutos fueron
pasando y los tres puntos, vitales para seguir soñando, se quedan en
casa.
Toca ahora recargar pilas para todos, menos para los cinco
internacionales que ya desde mañana comenzarán a volar hasta sus países
de origen. Mientras, habrá días para seguir trabajando y saboreando la
situación liguera de un Sevilla con hambre de mucho más. Tras el receso, nada más y nada menos que el Camp Nou en un duelo entre los dos primeros clasificados del torneo.
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