De los 23 jugadores que se llevó Emery a Alemania, se quedaron sin vestir Beto, Mbia, Reyes, Gameiro (con molestias) y Víctor Machín (recuerden que viajó para estar con sus compañeros, ya que está lesionado).
El once inicial fue el compuesto por Javi Varas, Coke, Cala, Dani Carriço, Fernando Navarro, Iborra,
Cristóforo, Jairo Samperio, Ivan Rakitic, Diego
Perotti y Carlos Bacca.
He visto el partido esta mañana (gracias a la UEFA por los magníficos horarios, dicho sea con muchísima ironía). Les dejo el resumen de la web oficial:
A menudo el fútbol guarda historias curiosas como la de esta noche en
Friburgo. Diego Perotti puede dar fe. El pasado mes de octubre el
argentino, ante el Friburgo en casa, marcó de penalti y su controvertida
celebración provocó el enfado de una parte de la afición de Gol Norte.
Desde entonces Perotti, que en esta campaña va como el equipo a más, ha
pasado por momentos difíciles, incluso fue pitado por una parte de la
afición cuando marcó ante el Slovan Liberec. Pese a que ya pidió
disculpas públicamente, parece que el argentino esperó a medirse de
nuevo ante el Friburgo para redimirse al completo y demostrar el
excepcional fútbol que lleva dentro. Una formidable jugada suya cambio
el signo de un encuentro que exigió más brega que juego y en el que Javi
Varas sostuvo a los nervionenses hasta que el 10 sevillista tiró de su
virtuosismo para hacer la jugada de la noche y regalar un gol a Iborra.
La segunda parte fue lo que Rakitic quiso, aunque la sentencia, que
llegó por medio de Rusescu, se hizo esperar demasiado.
Jugar en Alemania competición europea, independientemente del estado de
forma del rival, siempre es complicado, por el oficio que suelen exhibir
los conjuntos germanos. El Friburgo apenas necesitó un minuto para
dejar claro este extremo, botando una falta peligrosísima que Dadira
remató a bocajarro, sacando Javi Varas un claro balón de gol. Esa jugada
fue un anticipo de lo que vendría después. Los alemanes, con una
presión muy agresiva y muy bien colocados en el campo, se hicieron desde
el principio con el choque, pero el Sevilla, cuya fiabilidad atrás va
en aumento, se fajó con presteza, bien concentrado y concediendo muy
poco. Y lo poco que concedía lo solventaba Varas, que en el 27 se lucía
de nuevo con un golpe franco dificilísimo de Mehmedi.
Pasó media hora de juego y el Sevilla apenas había pisado las
inmediaciones de Baumann. Trazar fútbol le costaba mucho a los
hispalenses, e incluso Rakitic, que jugaba de mediapunta, tenía que
replegarse mucho para recibir. El croata, sin embargo, cuando recibe en
zona caliente marca la diferencia y eso es lo que pasó en el minuto 39,
cuando cogió el bisturí y seccionó la defensa local para asistir a
Perotti, que entraba por la izquierda. Y con el argentino llegó lo mejor
de la noche. Con el cuero cosido a su derecha contempló a Sorg, esperó
hasta que quiso y metió la directa por dentro para dejarle atrás y poner
un pase de la muerte formidable que Iborra, que llegaba como un tren,
mandó a la red sin contemplaciones.
La genialidad de Perotti puso en suerte un partido que desde entonces
tuvo el Sevilla en sus manos sin apenas oposición. Lógicamente, la
intensidad del Friburgo decayó en la segunda mitad y el Sevilla, muy
compacto y con los mediocentros defensivos muy atentos en las ayudas,
mantuvo la situación plenamente controlada. Emery movió el banquillo,
sacando a Rusescu, Fazio y Trochowski por Bacca, Cristóforo y Perotti.
Pero el peligro seguía llegando desde las botas más prolíficas del
Sevilla, las que calza Rakitic. El croata se sintió muy cómodo cuando el
Friburgo se lanzó sin complejos al ataque y dio una cátedra de fútbol,
regalando dos goles. Primero, uno a Jairo con un sublime pase interior,
que el cántabro mandó al palo, y después conduciendo una contra y
asistiendo a Perotti, que se encontró en su camino hacia el gol con los
reflejos de Baumann. Por fortuna, no se echaron de menos esas ocasiones
clamorosas, porque el choque acabó siendo lo que Rakitic quiso y se
cerró, ya en el descuento, con la rúbrica de Rusescu, que cuajó unos
minutos muy buenos. Fue el epílogo a un choque en el que el Sevilla
confirmó su línea ascendente y evidenció que en la plantilla de Unai
Emery hay más de 11 titulares, algo fundamental para competir en todos
los frentes con éxito.
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